Vuelvo a ti,
porque tú eres el único lugar al que sé volver.
Vuelvo una y otra vez,
repetidamente,
convulsivamente.
Regreso con el alma encogida,
fuera del cuerpo,
como si quisiera adelantarme y llegar antes.
Vuelvo hacia ti, contra ti, a ti.
Vengo buscando el único sentido de mi vida,
lo único que quedó en pie después de que me inmolaras los
cimientos,
después de venirme abajo como uno de esos edificios
al que barrenan por los pies.
Yo soy uno de ellos
pero con menos cemento.
Vuelvo después del después,
sin antes,
sin memoria,
con el daño olvidado en alguna isla
en la que ya no naufrago.
Vuelvo de las sombras,
con mis medias luces
con la cordura esa que no tengo
y que me empujar a volver.
Vuelvo porque eres el único camino que sé andar
la única escapatoria,
mi única salvación,
he aprendido a morir aunque tú no lo sepas
y vuelvo.
Vuelvo del nunca jamás
del no,
del tal vez.
Vuelvo sin respirar
para no gastarme la vida,
porque un segundo más sin vivirte
es como asesinarme a sangre fría
y no lavarme las manos después.
Vuelvo porque el olvido me da miedo
y el silencio ya no me cabe en el cuerpo.
Vuelvo sin mi consentimiento
disparando a mi razón a bocajarro,
destripando el poco secreto que me queda
porque te amo a gritos...
... aunque jamás abra la boca.
sJt 2013
2 comentarios:
Volver a aquello que nos destroza, el dolor antes de la ausencia, el grito sobre el silencio...
Volver para seguir muriendo antes de asumir que la vida puede ser un sencillo paseo sin vértigos...
Volver para seguir teniendo de donde huir...
Lástima
Abrazo inmenso, Pilar.
A veces es tan necesario volver...
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