en un duermevela ataviada de recuerdos,
imposibles venidos a menos
que se fugan en una corriente de aire.
La realidad más cercana y tangible
de la calma entre tus brazos,
ansío reencontrar y encontrarte
antes de la perdida absoluta.
Vértice y punto de partida
de todo cuando me otorga vida,
son tus manos y el cóncavo espacio
que entre tu pecho y tus brazos existe.
Tarde o temprano esta vigilia
romperá en sueño eterno
y volveremos al origen de la felicidad
que volteó inconsciente
dejándonos libres,
más presos que nunca.
No existe tiempo, ni espacio,
no existe siquiera vida que habite
entre hoy y nuestra despedida.
© Sonia Jiménez Tirado (Vértices)
© Juan Martínez Morenilla