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©Sonia Jiménez Tirado

A mi madre

Quisiera volver a ser niña, para que un arrullo tuyo despejara todas las incertidumbres,
para dormirme, aunque fuera una sola vez más, sobre tu pecho tierno e incondicional... ahora que lo pienso, ese es el único lugar en el que nunca he sentido miedo.
Quisiera recrearme agarrándome a tu mano para sentir el calor y la fuerza con la que me guías, colarme entre tus brazos y no escapar jamás.
Quisiera volver a ti madre, siendo niña, para no dejar ir ni una sola de tus caricias, para que sigas siendo la guerrera que se enfrenta a mis fantasmas y al polvo de mis rodillas.
Ahora que entiendo tantos "porqués"... Que sé lo que significa juntar el cielo con la tierra.
¿Como voy compensarte tantas noches en vela? Las veces que tus manos se posaron en mi frente... los ratos que esperastes tras la ventana.
¿Como voy a reparar las ausencias tempranas?
¿Como voy a devolvernos ese tiempo?
A ti madre, que me has curado heridas con solo mirarme y has hecho de tus besos, tiritas.
A ti... que nunca has llegado tarde para convertir los llantos en risas.
A ti, que eres mi amiga y me has permitido equivocarme sin reproches.
Ahora que soy yo la mujer y tú... mi madre, quiero escucharte aunque no me digas nada, es tu voz con la que habla mi alma.
Hoy, soy yo la que te quiere cantar una nana para que te duermas en mis brazos, acariciarte el pelo y velar tus sueños.

Hoy MADRE, te doy las gracias, por que Tú eres MÁS, que todos los significados de esa palabra.

Nacidos en las madrugadas

A vosotros que venís arropados en magia y envueltos en fantasía, que sois portadores de sueños cumplidos amparados por la madre noche.
Soporte de toda vida antes, ahora y después.
Ángeles convertidos en hombres a medio hacer, eligiendo capitular después de la más absoluta libertad adquirida.
Brotáis a la vida entre deseos y anhelos, con el afán de un gigante cosido al alma.
Sois vosotros los que hacéis girar al mundo sin mover un solo dedo, sin empujar siguiera la rueda, el mundo gira.
Vosotros que seleccionáis madrugadas de entre los días, para seguir pegando estrellas en el cielo. Los mismos que hacéis tangible la luz que emana de una mirada nueva, sabia como el más viejo de los sabios.
Sea de día o noche habría de preguntaros ¿que traéis en los bolsillos?

A mi sobrino Juan.