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©Sonia Jiménez Tirado

Vértices... Mi ventana de infinitos.

El tiempo pasa, y las ilusiones que de niños nos hacían soñar bajan a la tierra para hacerse realidad. 
Corría un 1 de septiembre cuando Mil Pedazos Más hecho libro salía a calle, me acompañaban los de siempre y otros que se han ido quedando en las estaciones de la vida, GRACIAS a todos por acompañarme. 
Hoy os acerco mi ventana de infinitos, Vértices pronto caerá en vuestras manos, si así lo queréis, y yo podré sonreirle una vez más a la vida. Os hablaría de luz y oscuridad, de lo que significa vivir y estar vivo, os hablaría de madrugadas a la intemperie y de abrazos capaces de curarlo todo, sin embargo, me gustaría, si fuera posible, que cerréis los ojos un sólo instante e imaginéis. 


Imagina que llueve... 
   ... imagina que sale el sol... 
       ... imagina el mar... 





He pedido mis tres deseos y me han sido concedidos.

Esta vez no estoy sola.
Eva Serrano a quien pertenece la portada de este libro. GRACIAS por el sí rotundo, por haber hecho de mis Vértices, los tuyos, y por tanto que me regalas. Has creado la ventana de infinitos perfecta, la has hecho a medida y eso se nota. Sigue volando cada amanecer cerca del sol, no hay nada más gratificante que verte hacerlo y que tus musas bailen, siempre, allá donde quieran, libres.



Gracias a Luz Almagro quien firmara el prólogo de este libro, la vida teje, amiga mía y también hila, que no es lo mismo. Un Ave Fénix, quizá, con el alma de cartón que no teme a las tormentas. No hemos hecho más que comenzar a andar, que la vida y la poesía venga a nosotras. 
Gracias a Yolanda Rodríguez Menéndez, mi Yoli, quien firma la Carta al Lector, desde que te conozco no necesito espejos. Una radiografía perfecta. A tu pluma le faltan alas y le sobra la mordaza, espero verte nacer. 
A mi buen amigo Alberto quien firma la última página de este libro, mi trovador de alma, seguiremos acudiendo allí donde nos llamen con nuestra trova y nuestra amistad que no entiende tiempos ni distancias. A ti, Rosa Luján, gracias por no dejar nunca que los hilos se enreden. 
A Rodrigo Gómez Pastor por tu música, por tu Luz en la oscuridad, por tu magia, la tienes y sabes portarla. Caminante, no hay camino... GRACIAS.
Y a todos los que de una forma u otra estáis pendientes de mí, a mis amigos y mi familia, a mis 300... y a quienes no nombro y no por ello, olvido. 

Que empiece la cuenta regresiva. GRACIAS.